Título: Un gestaltista mirando. Autor; Francis Elizalde.
pedirle que evche una mirada al mundo y me refiera el resultado.
.- De mala gana, que conste, pero acepto. Veamos... o tal vez deba decir "Vea yo!". Ah, hermoso paisaje, lindo día: cielo despejado, vegetales por doquier, un perro, dos gaviotas... la muy grata presencia de usted... plantas foráneas... ¿ve aquellos penachos coronando cañas? Son Hierbas pampas, y llegaron desde el otro lado del Océano... y aquellos dos chicos, por las trazas, son norteafricanos... y ese rucu-rucu que hace la tórtola turca... el mundo muda, las manadas buscan nuevos pastos
.- Admirable, lo suyo, de veras, pero, en fin, compréndame, ...no veo lo de "gestáltico" por ningún lado, para ser franco... he de confesarle que estoy esperando algo que se vea que proviene del entrenado y experto ojo de un psicoterapeuta gestáltico... y, para que vea: aceptaré con igual entusiasmo lo que usted diga tanto si es de la gestalt de California como si es de Claveland o de Nueva York.
.- Vale, vale, ya me voy a abstraer: en vez de una limpia y simple mirada me voy a esforzar en mirar "psicoterapeuticogestalticamente". Voy, pues, a mirar por eso que entendemos por Salud Mental, por Bien Vivir. ¿Qué veo?
Miro a los pacientes, y a través de ellos, a toda la gente: personas nerviosas. Apresuradas, inquietas, desorientadas, vacías, compulsivas, amedrentadas; con las máquinas de pensar atiborradas de lugares comunes, con los instintos rotos, astillados, usurpados por pulsiones creadas comercialmente. Varones vaciados de hasta el menor atisbo de su masculinidad, mujeres postergadas, vendidas a la miseria; niños forzados a acoplar sus ritmos a los ritmos que imponga la Suma Patronal. Placebos de religión, placebo de sexualidad, placebo de distracción, placebo de clan, placebo de arte, placebo de cualquier forma de individualidad, de singularidad, por pequeña que sea. Veo sumisión, veo un asombroso trance consensuado, veo consignas que sustituyen la ciencia por creencias, las creencias por fanatismo, los placeres por obligaciones, las relaciones humanas por salas de tribunal. ¡Ay, ay, ay!
Veo eso que se llama dinero aceptado de la más inconcebible de las maneras; veo el terror como canción de cuna; veo gente supeditada a cualquier cosa; veo allí adonde miro carteles inmensos que dicen prohibido prohibido obligatorio obligatorio, Veo gentuza estudiando minuciosamente las dificultades de la gente para escribir sobre ello y ganar, tener, mandar, poder, sumar, agradar, influir, decir... Veo gentuza utilizando el lenguaje para sembrar, implantar, torcer, retorcer, aplastar, liquidar, hurtar, engañar.
Gente que no sabe que puede preguntarse a sí misma, ni mucho menos qué preguntarse. Gente amarrada por las piernas a hipotecas criminales, gente amarrada por los cabellos a sus viejos clanes familiares, a sus ya yertas parejas, a las expectativas que una vez escucharon que personajes de cartón se decían en una mala comedia televisiva. Gente forzada, prohibida, reprimida, abusada, amenazada, despreciada, inutilizada, machacada, sonriendo, protestando, sonriendo, protestando, sonriendo. ¿Como estás? Bien. ¿Cómo estás? Bien. ¿Cómo estás? Bien. ¡La avaricia me vicia! ¡Yo no soy tonto!
Y todo ello aniquilando los recursos, los bosques, los ritmos naturales: más gente, más tiempo, más desechos, más comidas, más energía, más rápido... Echando adelante generaciones sin mirar atrás, sin revisar nada, qué coño. El problema es muy grande, muy gordo, muy serio.
... ¿sabe? Me viene al recuerdo cierto susedido que se contaba en mi casa: Al volver ella de misa, le preguntó un marido: ¿"De qué ha hablado hoy el cura en la Homilía?" "Del pecado, del pecado". ¿"Y qué ha dicho del pecado"? "Que no es partidario"
.- ¿Y?
.- Pues eso: ¿Qué va a decir un psicoterapeuta tras echar una ojeada a aquella forma de ser un mundo que deja a los humanos en estas situaciones? Pues que no es partidario. Que no es partidario.
¿Cómo va a ser partidario?
Este mundo cobija psicoterapeutas. Estos pueden -podemos- ser partidarios o no ser partidarios. Pero si el psicoterapeuta es alguien que se ocupa de la salud mental de los hombres, ¿qué va a decir de un mundo que nos deja, a los humanos, así? ¿Que lo acepta tal y como está ó que "no es partidario"?
La mirada psicoterapeútica -la gestáltica, ¿verdad?, es solo una más de entre ellas, solo aquella que yo alcancé a estudiar- , la mirada psicoterapeútica, decía, al situarse frente a este mundo, engendra rebeldes.
El día, ¿ve usted?, está precioso. Y hay contra qué rebelarse. Eso es lo que digo.
.- Pues muchas gracias
.- no hay de qué.
(Octubre de 2010. Publicado en el nº 31 de la Revista de Terapia Gestalt en Mayo de 2011)
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